Si no dejas
hablar y escuchas a tu personal, cualquier acción puede acabar en negatividad,
secretismos y rumores. La desidia ante ciertos mensajes dados por la
organización (recibidos con expresiones como ‘¿para qué me dicen esto?’ o
frases del tipo ‘otra vez lo mismo’) demuestra la apatía de los receptores del
mensaje de la comunicación interna, con lo que la atención al mensaje es nula y
de ahí se derivarían muchos otros problemas en la coordinación de acciones.
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